jueves, 18 de agosto de 2016

El acabose educativo

Después de un mes de desconexión y retomando alguna que otra lectura educativa (el verano ha sido territorio [casi] exclusivo para la ficción) recupero una sensación ya vivida a final de curso pasado. Y no demasiado agradable, que digamos. Leyendo a unos y a otros, servidor tiene la sensación de estar viviendo algo parecido al "acabose educativo", un momento en el que todo está perdido o a punto de estarlo. Una época de toma de decisiones cruciales que, bien nos permitirá llegar al paraíso educativo (por supuesto en modo innovador), bien nos asentará en las tinieblas del tradicionalismo docente (por los siglos de los siglos, amén). Y es que me parece que en los últimos tiempos se ha recrudecido el debate entre innovadores y -como no sé cómo llamarlos diré- los otros.

Los primeros, los innovadores, presentan la necesidad de apretar el acelerador de la innovación. Digo presentan porque en muchas ocasiones el argumentario va poco más allá de la puesta en evidencia del propio discurso docente. Vamos, lo que se conoce como postureo educativo. Y no es que me parezca mal la visibilización del trabajo realizado (bien o mal, casi prefiero esto último), al contrario. Pero, en mi opinión, a veces se leen y escuchan demasiadas generalidades y topicazos con voluntad de alcance universal que no aportan demasiado al debate educativo. He leido por ahí, incluso, hablar de últimas oportunidades en la educación. Me da la impresión de que en educación existen las oportunidades aprovechadas y/o perdidas, pero hablar de la última oportunidad del sistema me parece excesivo.

Y los otros, los guardianes de las esencias docentes, critican a las primeras de cambio cualquier atisbo de innovación, hablando de métodos poco fundamentados y estudiados (olvidando, por supuesto, cuánto fracaso han generado las llamadas metodologías tradicionales), señalando modas y prácticas vacías de contenido, denunciando un uso descontrolado de las TIC... En definitiva, crítica y más crítica en muchas ocasiones carente de ningún tipo de propuesta alternativa.

Por otra parte, tampoco es que se trate de un debate de nueva generación. Añadiendo, eso sí, nuevos aparejos tecnológicos y demás moderneces, me parece que siempre ha existido esta tensión entre distintas concepciones de la profesión. No obstante, sí que existe un nuevo elemento diferenciador respecto épocas pasadas: el ruido que unos y otros generamos en las redes sociales.

Por suerte (y como siempre), creo que existe un gran número de docentes al margen de este ruido mediático, los cuales ponen al servicio de su alumnado los recursos y conocimientos de que disponen de una manera realista y sin florituras. Desde el sentido común, vamos. Intentaremos, a lo largo de este nuevo curso, acercarnos a este ejemplo y evitar contribuir al estéril ruido presente  a menudo en twitters, facebooks y plataformas varias. Pues eso, ¡empezamos el nuevo curso!


2 comentarios :

  1. ¡Cómo me identifico! ... Muchas veces ni termino lo que estoy leyendo porque buenos artículos se van convirtiendo en una "guerra particular" contra lo privado, lo público, a determinada metodología...o lo que sea...sin aportar nada más ... Intentaremos sacar el máximo partido a lo que vamos aprendiendo y trabajando, a disfrutar con quien lo hacemos en la medida que podamos o nos dejen ...pese a quien le pese... Gracias por tu artículo , me encanta leerte . ¡Bienvenido a un nuevo reto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí. Parece que más a menudo de lo que quisieramos el debate se pone feo y sin demasiadas posibilidades de aportar ideas de interés. Intentaremos evitarlo, pues. Un abrazo y gracias por comentar!

      Eliminar